Cada día los medios de comunicación llenan sus espacios con noticias sobre la vida descuidada de nuestros en discotecas de mal vivir. jóvenes que mueren a causa de la violencia o la droga. Así mismo, jóvenes involucrados en la misma, asesinan, asaltan, roban o secuestran a algún inocente, hombre, mujer, niño o niña. La población siempre se pregunta: ¿Qué haremos?, ¿Qué hacen las autoridades? o ¿Qué pasa con la juventud de hoy?
Hoy en nuestro país vivimos tiempos muy difíciles y complejos, la agresividad es un instinto consustancial al ser humano y la violencia, ya sea psicológica o física, aparece como el medio más rápido para conseguir algunos objetivos y es que la persuasión, acto muy usado en los que hoy pasamos los cincuenta, al requerir habilidades dialécticas ya no es usada por los jóvenes de hoy, además debemos tomar en cuenta que la adolescencia y los primeros años de la edad adulta constituyen un periodo en que la violencia, así como otros tipos de comportamientos a menudo son expresados con mayor intensidad, la indisciplina y la falta de respeto.
Los adolecentes crecen con un estilo de relación basado en el dominio, la fuerza y la agresividad, sin duda valores muy poco edificantes y sobre todo para personas que se encuentran en pleno proceso de formación y crecimiento como seres humanos. ¿Quién le pone cascabel al gato? Es difícil encontrar una causa, porque no existe. Hay múltiples causas. Nos permitimos considerar la falta de respeto a los valores, a la vida, a las personas. Esta causa tiene su origen en el fracaso de los actuales padres en la crianza de sus hijos. Del exceso de castigo se pasó al exceso de la tolerancia. Pasaron de un extremo a otro. Por otro lado, los extremistas intelectuales, llámense abogados, psicólogos o ideólogos de la educación, que apoyándose en la defensa de los derechos humanos, se han convertido en defensores de la delincuencia juvenil.
Es necesario mencionar que los políticos como algunos medios de comunicación, también han contribuido a que esta situación se agrave, al utilizar a los jóvenes como trampolín para lograr posiciones importantes en el gobierno o en nuestra enferma sociedad, los que al llegar se convierten en padrinos irresponsables de las conductas equivocadas de aquellos.
Los pocos padres y madres responsables, que quieren llevar de la mano a sus hijos por el camino del bien, se sienten agotados por la difícil tarea en que se ha convertido la educación de sus hijos. ¿Cuál es la labor nuestras autoridades educativas? ¿A quién corresponde esta labor? Corresponde llevar la iniciativa a los ministerios de Educación o ministerio de la Cultura reordenar lo que en el pasado se ha desorganizado.
Para terminar con esta situación, en forma inmediata se debe instaurar una EDUCACIÓN FAMILIAR, programa que debe incluir a padres, madres, hijos, hijas y otros miembros de la familia, para que juntos desarrollen el proyecto de rescate o de consolidación familiar, que fortalezcan los lazos familiares de manera inquebrantable.
A padres y madres se les debe instruir sobre cómo educar a los hijos en esta era de cambios constantes. A los hijos e hijas se les debe instruir sobre valores familiares, cívicos, morales y religiosos, de tal modo que sigan siendo hijos e hijas ejemplares y para que los jóvenes que presentan conductas irregulares encuentren el verdadero sentido de la vida, orgullosos de ser peruanos.
Frente a ello el Estado debe formular políticas y programas eficaces de prevención de la violencia juvenil, trabajando no solo los factores individuales cognoscitivos, sociales y del comportamiento, sino también, los sistemas sociales que configuran esos factores, los padres de familia en adelante tendrán también que asumir un rol más rígido en la crianza.
Finalmente es importante procurar modificar los ámbitos en los cuales los jóvenes interactúan, un ejemplo seria el mejoramiento si fuera el caso del alumbrado callejero, sin duda las zonas mal iluminadas aumentan el riesgo que ocurran agresiones físicas violentas, el reducir la venta de alcohol y denunciar la venta de drogas en nuestras zonas, una vigilancia mixta entre la policía y la comunidad, apoyando la falta de servicio policial ordinario, lo peor será no hacer nada.
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