Comite Anticorrupcion de Carabayllo

viernes, 18 de noviembre de 2011

EL ESTADO AUSENTE


Para llegar a Lincha se debe recorrer aproximadamente 230 kilómetros desde Lima, por la vía Panamericana Sur hasta Cañete, avanzar con dirección a Yauyos y tomar una trocha carrozable, poco antes del distrito de Catahuasi, hasta Lincha. Sin embargo, a la altura del centro poblado de Tana un deslizamiento de rocas impidió el pase de los comisionados de la Oficina Defensorial de Lima Sur, quienes por primera vez llegaban hasta este lugar. La carretera Catahuasi – Villa Franca – Tana se encuentra sumamente deteriorada. En ciertos tramos los canales de regadío han invadido la carretera y ocasionado deslizamientos.
Al cabo de tres horas, tiempo que les tomó retirar las rocas de la carretera, los comisionados llegaron a Lincha, un lugar donde el abandono, la extrema pobreza y las secuelas del terrorismo y del terremoto del año 2007 aún persisten. Los pobladores expresaron su preocupación por la ausencia del alcalde Jorge Guerra Vicente, y no es para menos, pues se encontró la municipalidad cerrada con candado. No había atención al público. Los pobladores fueron a buscar a la gerente municipal, quien señaló que recientemente había asumido el cargo y que el alcalde se encontraba de comisión. Además, en Lincha no se ha designado al gobernador y tampoco existe un juez de paz no letrado.
El distrito de Lincha tampoco cuenta con un puesto de salud. Si un poblador requiere atención de salud por emergencia debe caminar tres horas hasta el puesto de salud de Villa Franca, teniendo que atravesar un terreno sumamente empinado. Además, en Lincha el servicio de transporte público es sumamente limitado. El único minibus que presta servicios en la zona puede ser abordado solo una vez al día. Por otro lado, la infraestructura de la institución educativa todavía continúa reconstruyéndose luego del terremoto de agosto del 2007.
Y, por si esto fuera poco, las secuelas del terrorismo aún persisten. Una pobladora, Elsa Vicente, contó que en 1988, delante de ella, su esposo fue asesinado por un grupo de hombres armados que se autoproclamaron miembros de Sendero Luminoso. Elsa entonces quedó viuda con sus seis menores hijos y, veintidós años después, no puede olvidar aquella experiencia traumática, hasta hoy siente fuertes dolores de cabeza y mucho miedo. Para ella ese tiempo todavía está presente, pero además desconocía el proceso de reparaciones que viene impulsando el Estado peruano, respecto de lo cual fue informada por los comisionados de la Defensoría del Pueblo.
Aunque Lincha está en Lima, la ausencia del Estado es evidente en esta parte del país, que requiere urgentemente fortalecer la presencia estatal y acceder a los beneficios del crecimiento económico.
Jefe de la Oficina Defensorial de Lima Sur
Puedes comentar sobre el post en este mismo espacio o en nuestra página en facebook.
Autor: Percy Tapia Vargas
Jefe de la Oficina Defensorial de Lima Sur

No hay comentarios:

Publicar un comentario