SUTEP no ayudó en nada a la educación, pues durante las grandes huelgas del gobierno militar la población apoyaba a los maestros en su lucha. Sin embargo, sucesivas huelgas y su no recuperación real dde las clases trajeron como consecuencia generaciones de estudiantes que no lograran las competencias esperadas. Posteriormente el SUTEP colocó a los directores y demás personal directivo sin que medie la capacidad, primaba el tiempo de servicios y la cercanía con el SUTE, SUTEP. Los 80 y los 90 hsn sido años aciagos; por un lado cada gobierno implementaba un nuevo proyecto que nunca culminaba ni se evaluaba, por otro el SUTEP se fortalecía, Patria Roja se enquistó hasta ahora y el porfesorado cada vez más disminuido, hasta llegar la etapa en que ha perdido el respeto casi total de la ciudadanía. Los colegios particulares, a pesar de no demostrar, en su mayoría, ni calidad educativa ni mejor infraestreuctura han ganado terreno. Los padres prefieren pagar que tener a su hijo en una institución estatal.
De modo, que si bien los sucesivos gobiernos deben aceptar su responsabilidad, el SUTEP no deja de tenerlo porque nunca luchó por la calidad del docente, porque apoyó la mediocridad, el tiempo de servicios, el servilismo a su causa. O los profesores asumimos el reto de la competencia por la calidad, de la preparación constante, de la evaluación o no saldremos de esta triste situación en que nos encontramos.
Los sucesivos gobiernos del Perú, desde la década de los años 1980 para adelante, han trabajado para brindar menos educación para los peruanos, pues observaban que la población educada reclamaba sus derechos y además tenía visión de futuro diferente a la que ellos implementaban como gobierno, tal vez porque en el disco duro de nuestra memoria permanecían reminiscencias del pasado organizacional pre-inca o inca.
Es por ello que estos sucesivos gobiernos, paulatinamente fueron disminuyendo el gasto per cápita por alumno del sistema estatal y a la vez implementando medidas para transferir poco a poco los gastos de la educación sobre los bolsillos de los padres de familia, amén de descuidar la infraestructura escolar. Todas estas acciones han hecho que la educación se estanque, se paralize y el docente no pueda desarrollar.
Hay que recordar también que con las devaluaciones que sufrió nuestra moneda en las décadas de los años 1980 y 1990, los profesores, así como la mayoría de los trabajadores estatales, vieron sus sueldos convertidos en limosnas, motivo por el cual para sufragar los gastos que tenían en su familia tuvieron que verse obligados a buscar un segundo y hasta tercer trabajo, dedicándose a ser chofer de taxi, vendedor ambulante, vendedor por catálogos, empleado de asuntos menores en otras esferas económicas y otros a trabajar como profesores por horas en colegios particulares.
Como será fácil deducir, a la gran mayoría de los profesores peruanos no les quedaba tiempo para el desarrollo profesional docente, además que le negaban el financiamiento de su capacitación y la educación perdió el norte en sus objetivos, lo que trajo como consecuencia la pérdida de la calidad educativa y por ende el desprestigio del maestro peruano, salvo honrosas excepciones, persistiendo hasta la actualidad las consecuencias y efectos de lo que ocurrió en esas décadas.
Me parece que lo mencionado líneas arriba constituye la base material, económica y política (intereses), del desprestigio del maestro peruano y del no respeto a los profesores por parte de la población adulta, como mencionas; como que también es la base del no desarrollo y progreso, o recuperación en todo caso, de la educación de calidad que anteriormente se brindaba en los centros escolares primarios y secundarios estatales.
Para trabajar, luchar, pugnar o promover una mejor educación para los peruanos, base de nuestro desarrollo, me parece que primero tenemos que entender estos aspectos que constituyen la base material de tu preocupación y tratar de resolverlos, proponiendo y gestionando que este y los sucesivos gobiernos los aborden con medidas efectivas y no sólo declarativas.
A nuestro siempre modesto y humilde entender, todos los comentarios vertidos sobre el tema son válidos y respetables, cada cual desde su óptica personal y social, pero habría que acotar, que patria roja hoy solo representa el 10 - 15% del magisterio nacional, y en su mayoría ostentan más cursos de especialización en maestrías y títulos de post-grado.
Pero, es necesario recordarles que LA EDUCACIÓN PERUANA, a nuestro entender, se comenzó a deteriorar cuando en el 1er. Garcíato, ante la falta de maestros, se incorporó al magisterio, más de 100,000 personas No preparadas para ejercer labores pedagógicas (quizás con buenas intenciones), entre alumnos que habían terminado su secundaria y alumnos de universidades. Probablemente, con altas notas de calificación intelectual, pero sin ninguna preparación profesional para ejercer la docencia con IDONEIDAD.
Agravados por la eliminación de los cursos de Educación Cívica e Instrucción Pre-Militar.
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