La principal fortaleza de América Latina frente a la crisis internacional está en la calidad de los reguladores y su supervisión, que actualmente es del más alto nivel en el mundo, aseguró el colombiano Sergio Rodríguez Azuero, experto en regulación financiera y asesor de muchos países de la región en reforma financiera, quien a su paso por Lima disertó sobre La regulación y empresas financieras en tiempos de crisis, invitado por la Maestría en Derecho Bancario y Financiero de la PUCP y la Escuela de Negocios Dogma.
En materia de regulación financiera, ¿qué deben atender los países como el Perú para blindarse ante la crisis internacional?
–En principio, siempre he manifestado que la crisis norteamericana no respondió tanto a la falta regulación, sino de supervisión. Si partimos de la premisa, diría que nuestros países deberían seguir manteniendo esta política juiciosa en materia de supervisión, como lo ha hecho América Latina. El gran logro de la región es que, a pesar de que las sirenas decían que los mercados se autorregulaban, nunca se liberó plenamente las actividades del mercado de capitales ni de la banca, se siguieron dictando normas y, lo importante, haciéndolas cumplir. La gran fortaleza de América Latina es la calidad de su supervisión.
¿Se tiene que fortalecer esta supervisión?
–No me gusta el exceso de regulación, de que todos los problemas se pretendan resolver con una ley, pero tampoco se trata de no regular más. Aquí, lo fundamental será cuidar que las regulaciones se cumplan.
En tiempos de crisis advirtió que se acentúa aún más los riesgos de la presencia de capitales golondrinos o del lavado de activos. ¿Qué recomienda al respecto?
–Los llamados capitales golondrinos son aquellos que pueden salir de un país muy rápidamente, a diferencia de la inversión extranjera directa y real en el sector productivo. Es como si un inversionista trae U$ 100 millones para invertir en una industria con vocación de quedarse, pero si esos mismos recursos se usan para papeles en la bolsa, no crean riqueza. Por eso, recomiendo evaluar cuidadosamente una justa regulación para estos papeles, por ejemplo, ver formas de depósitos sobre este dinero para que permanezcan un cierto tiempo, o crear limitaciones cuantitativas para permitir su ingreso en determinados fondos con relación a los mercados. No me gusta recomendar esto, pero es una forma de proteger al país.
Importa adaptar normas de Basilia
Importa adaptar normas de Basilia
Para usted el problema no está en el capital sino la colocación, ¿no es cierto?
–Siempre he manifestado, incluso antes de Basilea I, que su gran problema es que todo lo soluciona con capital. No digo que no haya hecho cosas buenas, pero –en mi opinión– no suficientemente porque le ha dado más peso al capital que a los activos.
Por ello, recomienda adaptar y no adoptar estas reglas...
–No podemos limitarnos a copiar disciplinadamente lo que dice Basilea, sino adaptar lo bueno y decir lo que no nos conviene como países soberanos que somos. Claro que es bueno tener capital y bancos robustos, pero lo más importante es cómo los colocas y vigila el Estado
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