Venezuela, Ecuador, Bolivia y Argentina, miembros de la UNASUR, enfrentan serios problemas de estampida de Capitales, hacia el exterior (como sucedió en el Perú, en la segunda mitad de los años 80´s, cuando los empresarios nacionales cerraron sus fábricas y se fueron a invertir a Chile, Ecuador, Bolivia y algunos a EE UU), tan solo por un bloqueo económico encubierto del FMI/BM (EE UU), motivado por no someterse a los mandatos de estos organismos internacionales fácticos, con recetas macroeconómicas, que ni siquiera ellos han cumplido, y por cierto los han llevado al colapso sistémico de todo el 1er. Mundo Capitalista (EE UU, Europa, y Japón). Aunque es necesario sacar de ese pelotón a Japón y Alemania, que al igual que las Economías Emergentes de China, India, Rusia y Brasil, sus Bancos Estatales han sido sus mejores fortalezas para la defensa de su economías locales, dentro de la Crisis Sistémica del Mundo Capitalista Liberal ó Clásico, arrastrado al Colapso Económico por la Banca Privada, que se sigue beneficiando de Grandes Salvatajes Financieros, en perjuicio directo de sus gobiernos y de todos sus contribuyentes.
Sin embargo, a despecho de esta situación, las economías de estos 4 países son saludables contablemente, en su DEBE y HABER (Economía Macroeconómica). Pero, no pueden controlar la elevada inflación artificial, con sus políticas monetarias cortoplacistas, Sino, deben tomar la decisión de enfrentar directamente el chantaje de sus empresarios nacionales y de la Inversión Privada extranjera, contra sus respectivos estados, Replicando el Modelo Chino, convirtiéndose en Estados Inversionistas, como una obligación de su Rol Subsidiario, en todos los Sectores de las diversas actividades Productivas y de Servicios, donde la Inversión Privada, no invierta. Comenzando por corregir la Privatización de sus economías nacionales, y recuperar el control de la administración de las empresas privadas de servicios públicos elementales (agua, luz, educación, salud y seguridad social), y de los sectores estratégicos (energía, seguridad nacional e interna), en manos de empresas estatales y/o público-privadas, para garantizar los costos, la calidad y los precios razonables de sus productos, sino la sustentabilidad de los puestos de trabajo, en beneficio de su población. La relación de Inversiones Privadas contra las Inversiones Públicas, del total, según los economistas neoliberales, debe estar en 80% y 20% respectivamente. Donde el Estado, solo debe hacer obras de infraestructura necesaria para la comunicación de los mercados internos, y el Sector Privado se debe encargar de todas las inversiones en las actividades económicas productivas y de servicios. Pero, en estos 4 países, hay sequia de inversión privada, sin embargo, la fluidez de las relaciones comerciales de éstas con la Economía más grande y sólida de la UNASUR, Brasil, donde su principal socio es Argentina, les garantiza cierta estabilidad de ingresos a sus respectivas economías.
Estos gobiernos, no pueden quedarse cruzados de manos, ante la falta de Inversión Privada (Nacional y Extranjera), y tienen que consolidar su Banca Estatal (Modelo Exitoso de las Economías Emergentes), y alimentar directamente su economía interna, destinando recursos propios (sin fines de lucro), con cero ó bajos intereses, para cubrir los espacios que ha dejado la Banca Privada, y fomentar las Medianas, Pequeñas y Microempresas, que generen puestos de trabajo sostenidos y saludables, para financiar sus políticas de Inclusión Social (Alimentación, Educación y Salud),para lo cual es necesaria la inversión Estatal en C y T= I, para desarrollar empresas agrícolas, industriales y de servicios rentables, y entregarlas al sector privado, con llave en mano (al igual que lo hace la Empresa Privada, en cuantiosas transacciones comerciales), especialmente utilizando sus propios recursos naturales.
Es aquí donde el Banco del Sur (Banco Central de la UNASUR), tiene una gran responsabilidad para el desarrollo no solo comercial y económico, sino para el verdadero Desarrollo Humano de nuestra región. Solo estamos tomando modelos de financiamiento exitosos y aplicándolos a nuestra realidad económica regional suramericana.
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