Víctor Medina Calderón*
Existe en la actualidad un incipiente reconocimiento de que la Unión Europea enfrente algo más que una caída de corto plazo. Lo que realmente estamos presenciando es una inmensa reestructuración mundial y la economía europea, en vías de estancamiento , se encuentra en la transición que va de una economía del siglo XX dominada por el capitalismo occidental a un mundo liderado por los países asiáticos. Como se recuerda, hubo un tiempo en que el aporte de Europa en su conjunto a la producción mundial era del 40% hoy no llega al 20%. Y todo hace pensar que en las próximas décadas caerá a un poco mas de la mitad, al 11%.
En un trabajo anterior, publicado en el año 2009, planteamos que las causas de la crisis financiera mundial se debía al fracaso de la teoría económica ortodoxa , particularmente referida a los aspectos monetario y crediticio y que la solución que recomendaba el Fondo Monetario Internacional, tenía que ver con los ajustes fiscales y recortes en el gasto público.
Esta vez, la crisis ha dejado de ser coyuntural y los líderes europeos admiten que es de carácter estructural y que “austeridad y más austeridad” no es una respuesta simple en el logro de captar las fuerzas históricas profundas que hoy están reformulando su rol en el mundo. Porque sin una acción complementaria tanto para reestructurar el sector financiero que sirva al conjunto de la economía y a su reactivación , no habrá recorte del gasto público ni rigidez fiscal que alcance para evitar una década perdida de elevado desempleo y declive de largo plazo.
El apoyo crediticio del Banco Central Europeo (BCE), sólo representa un paliativo temporario. En pleno año que se inicia, una nueva oleada de desapalancamiento de bancos está liquidando grandes empresas y bancos y está privando al mundo de la financiación que hace que el comercio siga circulando. Un ejemplo de ello, está representado por la pérdida de rating bancario del Securité Generale de Francia que tiene celebrado un compromiso con la española Técnicas Reunidas SA, a cargo la Modernización de la Refinería de Talara en nuestro país.
Así pues, Europa está al filo de los grandes procesos históricos que trasladan la inversión productiva y el comercio desde el continente de la primera revolución industrial hacia la creciente Asia. Y aún resta saber si Europa enfrentará una declinación estructural absoluta - y no sola relativa- y si la crisis actual no está escribiendo su propio penúltimo capítulo en una historia que se habrá de llamar :"La declinación de Occidente"
Los economistas de los países en crisis, sostienen que una estrategia de crecimiento a través de una reforma radical de la competitividad habría sido – “ y aún es” – el mejor modo que tiene Europa y Estados Unidos de enfrentar y llegar a dominar este peligro, porque sin tal cambio, se volverán tan marginales al crecimiento internacional a comienzo de la década del 2020 , Asia consumirá el 40% de bienes y servicios del planeta. Alemania, según la OCDE sólo el 4% y Francia, Inglaterra e Italia , apenas llegarían al 3%.
En opinión de ejecutivos bancarios, el fuerte desapalancamiento que está en marcha también está indicando que el modelo bancario de Europa en la actualidad es obsoleto, inapropiado para este nuevo mundo, inútil para una agenda de crecimiento. Si queremos sobrevivir- refieren los bancarios- tendremos que dejar atrás esas entidades financieras muy apalancadas que dependían del mercado de financiación y gozaron, por un tiempo, de la tasa de interés común de la eurozona.
Como se recuerda, a partir del inicio de la gran crisis del 2008, cuando los bancos estadounidenses y británicos se recapitalizaron y se deshicieron de sus activos “podridos” , las entidades bancarias de Europa siempre estuvieron en dificultades – leer “Crisis de la Teoría Económica Mundial” del autor - .Algunas de ellas tenían fuertes obligaciones 30 vesces superiores a su capital. De hecho los bancos europeos hicieron menos de la mitad de la recapitalización y mucho menos de la mitad de los pases a pérdida que sus pares anglosajones. Hoy muchos bancos europeos están siendo comprados y reestructurados sobre la base de un nuevo modelo con niveles más reducidos de deuda y más dependencia de los depósitos y las acciones.
Así, pues, nos encontramos a inicio de la segunda década del siglo XXI, en el filo de grandes procesos históricos que trasladan la inversión productiva y el comercio desde el continente de la primera revolución industrial hacia el crecimiento de los países asiáticos. Y aún resta saber si Europa enfrentará una declinación absoluta – y no sólo relativa- y si la crisis financiera mundial actual no está, en los hechos, escribiendo su propio penúltimo capítulo en una historia que se llamará “ la declinación de occidente” “ No es sólo una crisis fiscal”, sostiene Gordon Brown, ex primer ministro británico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario