El avance en los trabajos de la planta de tratamiento Taboada es un importante logro en cuanto a la limpieza y preservación del medio ambiente marino. Al filtrar las aguas servidas procedentes de más de dos tercios de la población de Lima y Callao y echarlos hacia aguas profundas permite mantener limpias las playas de nuestro litoral y evitamos, además, que el agua contaminada sea utilizada para el riego de jardines y huertos, con el consecuente riesgo de contagio de enfermedades para nuestra población.
El hecho de que el gobierno Central y Sedapal hayan decidido invertir más de 400 millones de soles en esta campaña de saneamiento es un signo claro de que el tema de la contaminación sigue siendo parte de la agenda central de nuestras autoridades.
Por otro lado, no olvidemos que las obras de hoy son también consecuencia de las múltiples protestas por parte de los vecinos el Callao, Magdalena y San Miguel, quienes vivían acechados por las ratas y el mal olor que ocasionaban los vertederos pestilentes ubicados muy cerca de la costa. Es en estos casos en que la acción civil cobra especial importancia para que los proyectos de desarrollo se hagan realidad.
Pero el asunto que más llama la atención, aparte del tema social, es la posibilidad del reúso del agua tratada. Si bien vivimos en una ciudad con un déficit considerable de tratamiento de aguas residuales -el 70% de los desechos va a dar directamente al mar-, no olvidemos tampoco que Lima está enclavada en una zona desértica, donde existe una necesidad imperiosa de agua de riego. ¿Podemos aprovechar mejor el agua tratada en la planta Taboada? Al parecer, es un tema de mayor o menor inversión.
Alicia Abanto Cabanillas
Adjunta del Medio Ambiente Servicios Públicos y Pueblos Indígenas
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