A ello se agrega la falta de colaboración de conductores y peatones para permitir su rápido traslado a la emergencia y, para colmo, hallan grifos de agua inutilizables. Esto último fue constatado por la Defensoría del Pueblo durante el incendio en la galería La Cochera, ubicada en el Cercado de Lima.
A razón de ello, la oficina defensorial de Lima inició una investigación de oficio a fin de verificar la operatividad de los hidrantes contra incendios. Así, constató la carencia de señalización para su adecuada ubicación e identificación. A ello se sumó la presencia de ambulantes y puestos de venta móviles que podrían perjudicar el tránsito de bomberos para llegar a la contingencia.
Al respecto, el reglamento de calidad de la prestación de servicios de saneamiento estipula que el uso de los grifos contra incendios le compete al Cuerpo General de Bomberos Voluntarios, mientras que la labor de control y mantenimiento está a cargo de las empresas prestadoras de servicios.
Por ello, se recomendó a Sedapal realizar periódicamente labores preventivas de mantenimiento de estos grifos para garantizar su operatividad; remitir a las comunas la relación actualizada de hidrantes para su señalización y resguardo del espacio público adyacente a ellos que posibilite un rápido acceso, e informar a los bomberos la ubicación y el estado de conservación actual en que se encuentran.
Para la Defensoría lo importante es no bajar los brazos, promover una cultura de prevención y evaluar la actual política de gestión de riesgo de desastres, atendiendo que es responsabilidad del Estado proteger la vida e integridad de las personas.
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