MARTA LÓPEZ / EL PERIODICO.COM – El candidato del Frente de Izquierda, Jean-Luc Mélenchon, confirmó anoche que es el fenómeno de esta campaña a la presidencia de Francia. Hasta 40.000 personas logró reunir este dirigente exsocialista y antes extroskista en el palacio de congresos de París, en la puerta de Versalles, en su último mitin antes de la primera vuelta electoral del domingo, en la que los sondeos le dan el 14% de los sufragios y una reñida disputa por el tercer puesto con la candidata ultraderechista Marine Le Pen.
A Mélenchon le sigue una masa entusiasta, que ayer no dejó de agitar sus banderas y gritar “resistencia, resistencia” durante las dos horas que duró el acto, una de las cuales empleó íntegra él para desgranar de nuevo con su rica oratoriael eje principal de su discurso: contra la austeridad, contra las finanzas, contra los poderosos. Y ese discurso, en tiempos difíciles, cautiva. Y sus arengas revolucionarias, ilusionan a jóvenes y mayores, a las clases populares y medias, a parados y a trabajadores, a comunistas de toda la vida y a jóvenes antisistema.
“Ante las agresiones de la política de la austeridad, solo podemos capitular o resistir. Hay que resistir, devolver los golpes. Las finanzas no tienen otra esperanza que el miedo que inspiran”, dijo el candidato del Frente de Izquierda, que aglutina a los restos del Partido Comunista francés, que por primera vez no se presenta a las elecciones bajo sus siglas históricas. “Oíd el ruido fantástico de este pueblo que se levanta y al que nadide resiste”, dijo en otro momento desatando casi el delirio.
Aludiendo a su “revolución por las urnas”, el dirigente del Frente de Izquierda afirmó que “los procesos revolucionarios de América del Sur son una fuente de enseñanza para nosotros”, y rindió homenaje al presidente ecuatoriano Rafael Correa, que le inspiró el título de su libro “Qu’ils s’en aillent tous” (que se vayan todos).
Hablando de Venezuela, Mélenchon, “testigo de las campañas de movilización”, afirmó que ha “guardado en la casa como un recuerdo agradable un paquete de fideos vendido en una tienda social en el que están escritos artículos de la Constitución” de ese país.
El candidato a la presencia lamentó que se trate de “dictador” al Presidente Hugo Chávez, que “ha ganado 12 de 13 elecciones”.
Respecto a Cuba, habló de “actitud doble” respecto a la isla: “mucha simpatía y admiración por la Revolución cubana contra el imperio norteamericano” y un desacuerdo sobre la manera en que se organiza allí la política “dado su apego al pluralismo”.
Mélenchon pidió apoyos suficientes para poder desbancar del tercer puesto a Le Pen, desatando una ola de de silbidos y abucheos con solo mencionar su nombre. También el de Nicolas Sarkozy. Y menos, al de François Hollande, a quien posiblemente brinde su apoyo de cara a la segunda vuelta electoral del 6 de mayo para tratar de frenar un segundo mandato de Sarkozy.
Mélenchon pidió apoyos suficientes para poder desbancar del tercer puesto a Le Pen, desatando una ola de de silbidos y abucheos con solo mencionar su nombre. También el de Nicolas Sarkozy. Y menos, al de François Hollande, a quien posiblemente brinde su apoyo de cara a la segunda vuelta electoral del 6 de mayo para tratar de frenar un segundo mandato de Sarkozy.
El exsocialista dio una dimensión europea a las elecciones francesas al afirmar: “No vamos a desembarazarnos solo de alguien que nos ha podrido la vida, sino que vamos a romper sobre el viejo continente el eje Merkozy, es decir el corazón de esta Europa de la austeridad que nos ha cortado el cuello”. “Esta es la partida que se juega y que nos ha sido confiada. Vosotros sois la vanguardia de este movimiento”, animó a sus seguidores, que vibrar en todo momento y que despidieron al líder cantando cogidos de la mano La Internacional y La Marsellesa.
Fue un final apoteósico para Mélenchon, que en los últimos meses ha hecho una progresión estelar. Los sondeos le daban en enero el 6% de los votos, que se han convertido ahora en el 14% y que el domingo espera que le confirmen como el tercer hombre de estas elecciones. Su programa electoral, un libro, ha vendido 400.000 ejemplares, una buena muestra de la expectación que levanta el candidato, con una gran capacidad de convocatoria en las ciudades que ha visitado durante la campaña.
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