¿Quién fue, cómo y por qué fue desaparecido Pedro Yauri?
Poco o muy poco se supo sobre la desaparición de Pedro Yauri,
periodista de Huacho con un famoso programa radial donde sus oyentes
solían efectuar a micrófono abierto, denuncias de hecho de corrupción.
¿Será ese el motivo de su desaparición? Aquí un poco de su historia.
Pedro Herminio Yauri Bustamante, periodista, natural de Huacho, en 1992
tenía 33 años de edad, estaba casado con Liliana Coca Castro y tenía
tres hijas. Había egresado de la Facultad de Sociología de la
Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carrión de Huacho y era
director y conductor del programa radial “Punto Final” en Radio
Universal. En este espacio radial, que gozaba de buena sintonía en la
zona, acogió diversas denuncias sobre abusos cometidos por algunas
autoridades del gobierno, sobre actos de corrupción de funcionarios
públicos y sobre excesos cometidos por las fuerzas del orden en el marco
de la lucha contra la subversión. A la vez los oyentes de su programa
solían efectuar llamadas a micrófono abierto denunciando hechos de
corrupción.
Contexto. En 1992 el Perú se encontraba convulsionado
por el accionar subversivo. En el año 1991 ocurrieron 1956 atentados
cometidos por Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac
Amaru. Sólo en abril de 1992 se habrían producido un total de 1241
víctimas y 537 atentados en todo el Perú.
La provincia de
Huaura era considerada “zona roja” por la existencia en sus alrededores
de células subversivas que actuaban esporádicamente realizando diversos
atentados. De enero de 1991 a junio de 1992 se registraron 126 acciones
en la zona comprendida por las provincias de Huaura, Barranca, Huaral,
Oyón y Cajatambo. En Huaura, se habían producidos 28 atentados.
La
provincia de Huaura fue declarada en estado de emergencia. En enero de
1992, por Decreto Supremo N• 004-92DE/CCFFAA, el Poder Ejecutivo
prorrogó por 60 días el Estado de Emergencia en el departamento de Lima y
la Provincia constitucional del Callao.
La CVR (La Comisión de la
Verdad y Reconciliación) en su momento logró determinar que el ciudadano
Pedro Herminio Yauri Bustamante, durante el ejercicio de su actividad
profesional de periodista, fue víctima de desaparición forzada y
ejecución extrajudicial producida el 24 de junio de 1992. Las
conclusiones de la CVR sobre el caso Yuari constituyen la fuente
principal de este artículo. Vamos a detallar su desaparición y muerte,
pero no sin antes mencionar unos antecedentes.
Detenido en 1989. A
causa de la difusión en su programa de un casete alusivo al MRTA, fue
detenido por miembros de la Policía Nacional junto con otro personal de
la radio. Luego, los efectivos policiales, en presencia del fiscal penal
de turno, allanaron y registraron el domicilio de cada uno de los
cuatro detenidos, quienes fueron investigados por la presunta comisión
del delito de apología de terrorismo. Estuvo detenido 45 días en la
estación policial y luego fue puesto en libertad al no encontrarse
vínculo con el MRTA, ni responsabilidad en el delito. Poco tiempo
después, fue premiado como el mejor periodista de año en la provincia de
Huaura.
La familia Ventocilla. El 25 de mayo de 1992, Yauri
denunció que Rafael Ventocilla Rojas y sus hijos, Alejandro, Agripino y
Simón, habían sido detenidos por cargos de terrorismo y torturados en la
base militar de Atahuampa. Todos fueron liberados gracias a la presión
que ejercieron las denuncias radiales del periodista. El mismo día de la
desaparición de Yauri también desaparecieron los Ventocilla. A la
mañana siguiente, los cadáveres de seis miembros de la familia
Ventocilla fueron encontrados en el caserío de Balconcillo, a 8
kilómetros de la carretera Huaura-Sayán. El cuerpo del periodista, en
cambio, no fue hallado hasta la actualidad.
La última
despedida: Pedro Yauri pasó la tarde del 23 de junio de 1992 con sus
hijas y, al caer la noche se despidió de ellas con un “nos vemos luego”
para dirigirse al pequeño local que había alquilado en la calle Sáenz
Peña, al costado del Casino de Huacho. En ese lugar guardaba el equipo
radial que utilizaba en sus emisiones diarias. Allí lo esperaba su
padre, don Anastacio, quien lo ayudaba con la vigilancia.
En la
madrugada unos golpes en la puerta despertaron a las hijas del
periodista. Era don Anastasio. Tenía las manos amarradas y una expresión
de pavor: “Se han llevado a Pedro”, dijo. Contó que siete sujetos
vestidos como comando ingresaron al local “armados y alterados”. Luego
de golpearlo, amarraron al anciano y le cubrieron la cabeza con una
frazada. Después se llevaron a su hijo.
Todo fríamente
planificado El mismo 23 de junio, después de convocarse en Lima a los
integrantes del Grupo Colina, el Mayor EP Santiago Martín Rivas
conjuntamente con el Mayor EP Carlos Pichilingue Guevara, y los agentes
operativos Hugo Coral Goycochea, Jesús Antonio Sosa Saavedra, Julio
Chuqui Aguirre, Wilmer Yarleque Ordinola, Gabriel Vera Navarrete, Héctor
Gamarra Mamani, Jorge Ortiz Mantas, Fernando Lecca Esquen, Antonio
Pretel Damaso, Ángel Arturo Pino Díaz, Pablo Atuncar Cama, Hércules
Gómez Casanova, Carlos Caballero Zegarra Ballón, Rolando Meneses Montes
de Oca, Angel Sauñi Pomaya y José Alarcón Gonzales, habían partido a
bordo de dos camionetas hacia Huacho. El objetivo de su misión no dejaba
lugar a dudas. Cada uno llevaba armas de fuego (ametralladoras HK,
fusiles automáticos y granadas de guerra), pasamontañas, cal y palas
(para enterrar los restos de sus víctimas).
Antes de llegar a
Huacho, se desviaron cerca a una playa de la zona. En este lugar, Martín
Rivas detalló y distribuyó el trabajo que debían realizar los demás
agentes, disponiendo que un subgrupo se dirigiera al domicilio de Pedro
Yauri Bustamante, con la finalidad de secuestrarlo y conducirlo a la
citada playa.
El comando de la muerte estuvo conformado por
Carlos Pichilingue Guevara, Julio Chuqui Aguirre, Pablo Atuncar Cama,
Jorge Enrique Ortiz Mantas, Gabriel Vera Navarrete, Antonio Pretel
Damaso y José Alarcón Gonzales. El subgrupo, portando armas de fuego y a
bordo de una camioneta, llegó a la Plaza de Armas de Huacho el día 24
de junio de 1992, a las 02.00 horas, aproximadamente, estacionándose
frente al domicilio del periodista, ubicado en la avenida Sáenz Peña Nº
279.
Inmediatamente de descender del vehículo, tocaron la puerta del
inmueble colindante, en el que funcionaba el “Casino Huacho”, y luego
de amenazar a su vigilante José Luis Cavero Huallanay, subieron hasta el
segundo piso. Desde este nivel se deslizaron hacia el pasadizo de
acceso a la habitación de Pedro Yauri Bustamante, quien se encontraba
descansando en compañía su padre Anastasio Yauri Leandro. Ingresaron
violentamente a dicho ambiente, les solicitaron sus documentos
personales y, después de golpear y maniatar al anciano padre, sacaron al
periodista y lo condujeron a la referida playa. En ese lugar los había
estado esperando el Mayor Santiago Martín Rivas y el resto de los
inegrantes del Grupo Colina para perpetrar su macabra misión.
VALIENTE ANTE LA TORTURA
Yauri Bustamante fue interrogado sobre personas vinculadas con
organizaciones terroristas y sus direcciones. Lo golpearon salvajemente y
lo obligaron a seguir cavando un agujero en la arena que habían
empezado los miembros del grupo. Con un coraje a prueba de torturas,
Yauri Bustamante afrontó la muerte ante sus verdugos. Años después, el
suboficial Julio Chuqui Aguirre declaró ante los magistrados que el
valor del periodista conmovió hasta a sus asesinos y relató la escena
con detalles escalofriantes.
-¿Quiénes son los que te apoyan?… vociferó Rivas.
-¿Para qué te voy a contestar si igual me vas a matar?- respondió Yauri.
Rivas comprendió que el valiente periodista no se rendiría.
-Se va- dijo a sus hombres con la macabra frase con la que condenaba a muerte a sus víctimas.
Un agente del grupo Colina (los testimonios señalan a Jorge Ortiz
Mantas) le disparó un balazo a la cabeza. Los verdugos enterraron el
cadáver en el hoyo cavado por el propio periodista.
El proceso y
la sentencia. Llevar ante un tribunal al grupo Colina costó años de
esfuerzo, ya que en principio el mismo gobierno negaba la existencia de
este aparato militar. Muchísimos factores se oponían a que se llegara a
una sentencia, desde la Ley de Amnistía No. 26479, llamada “Ley de
Impunidad”, que favoreció a los agentes del Estado (civiles, policías y
militares) que estuviesen procesados o investigados por cualquier crimen
contra los Derechos Humanas, ocurrido entre mayo de 1980 y Junio de
1995, hasta el último intento al que se acogió el grupo Colina con el DL
1097 del setiembre 2010.
Pero finalmente en fecha 1 de octubre de
2010, en coincidencia con la celebración del día del periodista, la I
Sala Penal de Lima condenó a 25 años de prisión al ex asesor
presidencial Vladimiro Montesinos, al ex jefe del grupo Colina, Santiago
Martín Rivas , y al ex jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas
Juan Hermoza Ríos, por los crímenes de Barrios Altos, la desaparición
de nueve campesinos del Santa y del periodista Pedro Yauri. La condena
alcanzó también al ex comandante general del Ejército, Julio Salazar
Monroe. Asimismo, fueron condenados, aunque con otras penas, 20 miembros
del grupo de aniquilamiento.
El tribunal encontró a los acusados
culpables de los delitos de homicidio calificado, secuestro,
desaparición forzada y asociación ilícita para delinquir.
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