Comite Anticorrupcion de Carabayllo

sábado, 13 de abril de 2013

PARABOLA DE JESUS SOBRE LA MUJER QUE PIDIO JUSTICIA


Además, Jesús les contó una parábola en cuanto a la necesidad de orar siempre y de no desanimarse. Les dijo: "En cierta ciudad había un juez que no temía a Dios ni respetaba a nadie. En esa misma ciudad había también una viuda, la cual acudía a ese juez y le pedía: "Hazme justicia contra mi adversario." Pasó algún tiempo, y el juez no quiso atenderla, pero después se puso a pensar: "Aunque no temo a Dios ni respeto a nadie, esta viuda me molesta tanto que voy a hacerle justicia, no sea que siga viniendo y me agote la paciencia." Dijo entonces el Señor: Presten atención a lo que dijo el juez injusto. ¿Acaso Dios no les hará justicia a sus elegidos, que día y noche claman a él? ¿Se tardará en responderles? Yo les digo que sin tardanza les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?" (RVC)
Significado y lecciones:
La mujer en esta historia tenía varios problemas: Era viuda, tenía un enemigo y la única persona que podía ayudarla era un juez con fama de ser injusto. Tenía muchas razones para darse por vencida, pero ella persistió y demando justicia hasta que el juez, al fin, tomó acción en su favor.
¿Cuánto tiempo tienes orando por una petición especial? ¿Cuántas veces has pensado que ya no vale la pena orar ? La primera intención de esta parábola es enseñar sobre la persistencia en la oración. La razón no es que tenemos que molestar a Dios al punto de cansarlo, como la viuda con el juez. Jesús tampoco quiso implicar que Dios sufre de mala memoria y necesita nuestra ayuda para recordar cada petición, grande o pequeña, que llegan a Él todos los días. Cuando somos persistentes en la oración crecemos en carácter y en fe. La persona que ha esperado 10 años por una respuesta es una persona que ha mostrado su dependencia en Dios. Es una persona más madura y mejor capaz de recibir la respuesta que Dios ha tenido guardada para el momento adecuado.
Dios también permite que el tiempo pase para ayudarnos a entender cual es la verdadera raíz de nuestra petición. A veces empezamos pidiendo una cosa y mientras Dios nos ministra en los momentos de oración, nuestras mentes se aclaran y nuestros ojos se abren a ciertas verdades que antes éramos incapaces de ver. Tenemos que admitir que no siempre tenemos la voluntad de Dios en mente cuando pedimos algo. La persistencia en la oración ayuda a alinear nuestra petición con su voluntad en nuestras vidas.
La segunda enseñanza de esta parábola tiene que ver con la bondad de Dios. Jesús usó a un juez injusto para compararlo con la justicia de Dios. Si un malo es capaz de hacer algo bueno, pues imagínate lo que un Dios bueno es capaz de hacer. Esto es similar a la enseñanza en Mateo 7:7-11 donde Jesús dice: "Pidan, y se les dará, busquen, y encontrarán, llamen, y se les abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe, y el que busca, encuentra, y al que llama, se le abre. ¿Quién de ustedes, si su hijo le pide pan, le da una piedra? ¿O si le pide un pescado, le da una serpiente? Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan!"

No hay comentarios:

Publicar un comentario