Esa medida es
considerada insuficiente por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que
reclama un plan rápido para sanear las finanzas públicas
estadounidenses.
La entidad multilateral saludó
la medida aprobada por el Congreso y ratificada por Obama el miércoles
pasado, pero también pidió a los legisladores ir más lejos para "volver a
colocar a las finanzas públicas estadounidenses en el camino de la
viabilidad sin perjudicar la recuperación económica".
"Se
necesitaría, en particular, adoptar lo más rápidamente posible, un plan
completo que permita asegurar a la vez un aumento de los recursos del
Estado y un control de los gastos de protección social a mediano plazo",
declaró el portavoz del FMI, Gerry Rice.
El
Fondo considera "esencial" que Estados Unidos aumente "rápidamente" el
límite legal de su deuda pública y que los legisladores eliminen "las
dudas restantes" en cuanto a la evolución del presupuesto del Estado
federal a corto plazo.
Desde Hawai, donde pasa
sus vacaciones de fin de año, Barack Obama promulgó, por medio de la
técnica del "bolígrafo automático" (no presencial), un texto cuyo punto
central estuvo en el centro de su campaña presidencial: "cambiar un
código fiscal demasiado favorable a los ricos, en perjuicio de la clase
media".
"Esta noche lo hemos logrado gracias a
los votos de los demócratas y los republicanos en el Congreso", dijo
poco después de la adopción por la Cámara de Representantes de un
proyecto de ley que aumenta de 35% a 39.6% la tasa media de imposición
de los hogares con ingresos superiores a 450,000 dólares anuales.
Datos
Las
agencias de calificación financiera Moody's y Standard and Poor's
estiman, al igual que el FMI, que esta ley está lejos de solucionar el
problema del peso de la deuda pública estadounidense, insostenible a
largo plazo.
El acuerdo entre republicanos y
demócratas "no aporta una base para un mejoramiento serio de las ratios
de endeudamiento del Estado (federal) a mediano plazo y más allá",
señala Moody's.
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