Comite Anticorrupcion de Carabayllo

martes, 22 de octubre de 2013

HISTORIA DE LA CORRUPCIÓN EN EL PERÚ - de Alfonso Quiroz



                    Corrupción, Política, Libros

Grande la expectativa levantada por el libro Historia de la Corrupción en el Perú, de Alfonso Quiroz (1956-2013). La temprana muerte del autor pesa al respecto, pero más su autoridad académica, así como la actualidad de la Corrupción en el devenir social y político del Perú. La lucha política pareciera estar en un hilo, el tema que divide las aguas es la Corrupción y cómo la asumimos. Este libro lo devoramos recorriendo una parte de nuestra patria, preguntándonos como sería si no hubiera Corrupción. Como pasa cuando hay acervo lector, este libro evocó otros, revisados para mención en esta Crónica. Toda estructura cognitiva se basa en libres asociaciones, y espero que mis lectores añadan las suyas y tengan el tema en el candelero. La Historia de la Corrupción en el Perú nos da una estructura útil para articular datos dispersos sobre este tema tan sensible, actual y permanente. Es un Libro que Debe Leerse, pese a que no posee ningún refugio conceptual – emocional que permita por momentos autoengañarse y pensar que la cosa es más fácil. No lo es, y por eso combate la ingenuidad voluntaria, esa que linda con la estupidez autoasumida; tanto como la ingenuidad involuntaria e ignorante. Como saben bien nuestros más renombrados Corruptos, el lenguaje sirve también para ocultar. La peruanísima estrategia de la “finta” esconde la realidad con descaro, y vemos personajes sin irrigación sanguínea en el rostro que navegan entre dos aguas, que se hacen simpáticos a corruptos y antis, pues hay eventuales empleadores en los dos (o más) lados en disputa. Por otra parte, aunque hay muchas definiciones de Corrupción, discutir mucho puede ser una finta en la que Quiroz no cae, definiendo su objeto de modo un tanto laxo – en verdad todos sabemos de qué está hablando. Se sostiene así en una enumeración extensiva: La corrupción (es) un fenómeno amplio y variado (…) No se trata tan solo del tosco saqueo de los fondos públicos (…) La corruptela comprende el ofrecimiento y la recepción de sobornos, la malversación y mala asignación de fondos y gastos públicos … . No se enreda así en teorizaciones, parece presumir que sus lectores saben o deberían saber, y más bien deja el asunto ahí para que no se pierda nada de lo histórico, cuyas fuentes pueden contrastarse, y que hablan por sí mismas.  Así la definición de Corrupción se va construyendo conforme avanza el Libro, y salvado lo esencial: Corrupción es lo que ha pasado y pasa en el Perú.

 (PARÉNTESIS: En este punto me pregunto si lo peor es no-leer o no-saber-leer, pues todos arrancamos en la vida sin saber leer. Lo terrible de leer sesgado es la causa: Incapacidad conceptual, abulia cognitiva, pasmo y minusvalía ético-moral. La Corrupción juega con estas y más variables, pues no es “contingente” sino “instalada”. Nos dicen que la Corrupción es espontánea e inevitable, y nos lo creemos en lo conceptual, lo cognitivo y lo ético-moral, por eso no se combate la Corrupción con eficiencia. En el fondo de la decisión de millones de peruanos que emigran - Quiroz era uno de esos – está la necesidad de conservar la claridad conceptual y mental y la solvencia ético-moral, porque emigrar te aísla de las argollas locales. ¿Quieres verlas? Ve quienes enredan el tema de la Corrupción, y tratan de limitarlo para que parezca otra cosa de lo que es. Una pena que Quiroz sea sólo historiador, y no conceptúe más la Corrupción. El enfoque mejora ampliamente con los conceptos de Psicología Social que, entre otros, Dwight Ordóñez y Lorenzo Sousa usan en El Capital Ausente, obra en la que participó el que estas líneas escribe.)       

El temprano fallecimiento de Alfonso Quiroz es penoso recordatorio de que nada es eterno. Publicar a la póstuma algo como La Historia de la Corrupción en el Perú libera al autor de las arteras y cobardes reacciones de silencio – los trabajos de Quiroz se conocen poco en el medio – y de ataque directo, indirecto y de costado que de seguro sufriría de estar vivo y al alcance de las Argollas locales. Su lejanía geográfica y académica le protegía; el pan, educación y futuro de sus hijos no dependía de ninguna Universidad, ONG o Institución estatal o privada, donde se le hubiera hecho objeto de bullying directo e indirecto, y eventualmente echado a la calle. Quiroz era mucho lote, pero tal como demuestra la experiencia de Vargas Llosa y otros egregios (egregio = fuera de la grey, y grey = rebaño), nadie es Profeta en su tierra. Los trolls, chuponeadores, plumíferos contratados, emborronadores de papel y demás buitres mediáticos que por centavos se especializan en atacar y destrozar egregios, no lo hacen por el mínimo daño que hacen, sino para aviso y escarmiento de los no-egregios que están acá, que podrían creérsela. Se ataca a los egregios para hacerle saber a la Indiada que sí está sometida a las Argollas, si a los Grandes no les perdonan, menos a ti, insípido y bobo Calixto Garmendia. A ti sí que te harán bullying, te botarán de tu puesto, te bajarán el sueldo, te bloquearán las chambas y te harán conocer el sabor del desempleo, del cómo se suplica y se ruega. Ser eficiente y tener razón en el Perú se castiga. Profetizar en casa no conviene, si lo haces eres muy valiente o muy imbécil o tu menú del día no depende de un sueldo. Esta guerra no se libra como quieren los Ingenuotes, es hora que nos enteremos para no caer en los errores de los dichos ingenuotes. Esta lucha es de largo aliento, las estructuras de la Corrupción juegan con el Tiempo, como saben expresidentes, alcaldes, parlamentarios y demás funcionarios que integran Argollas eficientes. Los asuntos turbios no tienen tanta importancia, cuando se sepan estarás cómodamente muerto, o la cosa habrá prescrito, en especial si controlas jueces y policías. Lo importante es que se mantenga la famiglia, como bien saben los hijos de un expresidente. Y al que le caiga el guante, que se lo chante.  

    






 (PARÉNTESIS: En este punto me pregunto si lo peor es no-leer o no-saber-leer, pues todos arrancamos en la vida sin saber leer. Lo terrible de leer sesgado es la causa: Incapacidad conceptual, abulia cognitiva, pasmo y minusvalía ético-moral. La Corrupción juega con estas y más variables, pues no es “contingente” sino “instalada”. Nos dicen que la Corrupción es espontánea e inevitable, y nos lo creemos en lo conceptual, lo cognitivo y lo ético-moral, por eso no se combate la Corrupción con eficiencia. En el fondo de la decisión de millones de peruanos que emigran - Quiroz era uno de esos – está la necesidad de conservar la claridad conceptual y mental y la solvencia ético-moral, porque emigrar te aísla de las argollas locales. ¿Quieres verlas? Ve quienes enredan el tema de la Corrupción, y tratan de limitarlo para que parezca otra cosa de lo que es. Una pena que Quiroz sea sólo historiador, y no conceptúe más la Corrupción. El enfoque mejora ampliamente con los conceptos de Psicología Social que, entre otros, Dwight Ordóñez y Lorenzo Sousa usan en El Capital Ausente, obra en la que participó el que estas líneas escribe.)       

El temprano fallecimiento de Alfonso Quiroz es penoso recordatorio de que nada es eterno. Publicar a la póstuma algo como La Historia de la Corrupción en el Perú libera al autor de las arteras y cobardes reacciones de silencio – los trabajos de Quiroz se conocen poco en el medio – y de ataque directo, indirecto y de costado que de seguro sufriría de estar vivo y al alcance de las Argollas locales. Su lejanía geográfica y académica le protegía; el pan, educación y futuro de sus hijos no dependía de ninguna Universidad, ONG o Institución estatal o privada, donde se le hubiera hecho objeto de bullying directo e indirecto, y eventualmente echado a la calle. Quiroz era mucho lote, pero tal como demuestra la experiencia de Vargas Llosa y otros egregios (egregio = fuera de la grey, y grey = rebaño), nadie es Profeta en su tierra. Los trolls, chuponeadores, plumíferos contratados, emborronadores de papel y demás buitres mediáticos que por centavos se especializan en atacar y destrozar egregios, no lo hacen por el mínimo daño que hacen, sino para aviso y escarmiento de los no-egregios que están acá, que podrían creérsela. Se ataca a los egregios para hacerle saber a la Indiada que sí está sometida a las Argollas, si a los Grandes no les perdonan, menos a ti, insípido y bobo Calixto Garmendia. A ti sí que te harán bullying, te botarán de tu puesto, te bajarán el sueldo, te bloquearán las chambas y te harán conocer el sabor del desempleo, del cómo se suplica y se ruega. Ser eficiente y tener razón en el Perú se castiga. Profetizar en casa no conviene, si lo haces eres muy valiente o muy imbécil o tu menú del día no depende de un sueldo. Esta guerra no se libra como quieren los Ingenuotes, es hora que nos enteremos para no caer en los errores de los dichos ingenuotes. Esta lucha es de largo aliento, las estructuras de la Corrupción juegan con el Tiempo, como saben expresidentes, alcaldes, parlamentarios y demás funcionarios que integran Argollas eficientes. Los asuntos turbios no tienen tanta importancia, cuando se sepan estarás cómodamente muerto, o la cosa habrá prescrito, en especial si controlas jueces y policías. Lo importante es que se mantenga la famiglia, como bien saben los hijos de un expresidente. Y al que le caiga el guante, que se lo chante.
 

II   Corrupción y Virreinato del Perú: 
Empieza el abuso del Perú desde aquellos que debieran corregirlos.

La Historia de la Corrupción en el Perú tiene la suprema virtud de mostrarnos el proceso histórico “al revés” de como acostumbramos, vale decir, desde una perspectiva inversa en la construcción de escalas de valores deseables. Nos han vendido de siempre un país de opereta, construido sobre valores que nunca existieron, y que es hora de enterrar y sustituir para tener un país real basado en el valor de la verdad. (Cuando digo Valor de la Verdad no me refiero a esa patética parodia televisiva al servicio de los Poderes Corruptores de Turno). Hay que basar la Política en la Realidad, estamos hasta la corona de los cuentazos de la Derecha Bruta y Achorada que siempre gobernó y quiere seguir. Los modelos de la Corrupción actual fueron construidos durante la Conquista y el Virreinato para que unos pocos exploten a muchos. La Corrupción no puede separarse de sus paradigmas de Dominación, Concentración y Exclusión, ni dejar de basarse en un manejo artero y falaz de los Discursos, para lo cual requiere del control del aparato educativo y de comunicaciones. Ello se distingue en la fuente principal – no única - que Alfonso Quiroz emplea para explicar el aparato de la corrupción: El Informe Confidencial intitulado Discurso y reflexiones políticas sobre el estado presente de los reinos del Perú, escrito en 1748-1749 por Jorge Juan y Antonio de Ulloa, jóvenes y hábiles oficiales de la marina española. El dicho Discurso recapitula de frente o de oídas otros esfuerzos hechos para definir y describir las formas institucionalizadas de Corrupción en el Perú, entre ellos algunos que hoy se dicen panacea, como los ineficaces Juicios de Residencia, hoy Comisiones Congresales e Investigaciones de la Fiscalía de la Nación y Poder Judicial. Tales Juicios, entonces como hoy, resultaban en graciosísimas absoluciones o ridículas condenas, pero la estrategia preferida era alargarlas hasta la prescripción (¿Dónde he escuchado eso antes?). Vale decir, existe un continuo modus operandi, como el de la compraventa de cargos e indultos al mejor postor y otras bellezas, que viene repitiéndose más de 200 años en el Perú, y que cada Generación copia y calca a su medida. Bien se dice que el que no conoce la Historia se condena a repetirla. Es hora que los peruanos dejemos de caer del palto y nos enteremos de lo que realmente pasa. Pero esto no lo cuentan en el colegio, diz la verdad daña a los niños, por eso cuentan cuentos. Alfonso Quiroz describe en aséptica prosa la Corrupción Organizada de la sociedad del Virreinato del Perú, así como los intentos Borbónicos de instalar algo que pasara más o menos como “buen gobierno” (Hoy le dicen “gobernabilidad”).

Antonio de Ulloa volvió al Perú en 1758 nada más y nada menos que a gobernar Huancavelica y supervisar la estratégica y legendaria mina de Azogue de Santa Bárbara. Experimentado agente de inteligencia en Flandes, Francia, Suecia y Dinamarca, parecía tener la capacidad para venir a hacerse cargo del asunto, no era ningún caído del palto. Pero ha habido quien ha dicho que era “demasiado ético”, que “le faltó” habilidad política para transar. Es posible, las estrategias para luchar contra los aparatos de la corrupción no pueden ser cosa individual de quijotes solitarios que rompen lanzas contra molinos de viento a los que no les hacen ni cosquillas. Los que hemos tratado de gestionar algo del Estado en el Perú con algo de honestidad podemos responder a la polémica pregunta de la Primera Dama Nadine Heredia ¿Es tan difícil andar derecho? Con la respuesta obvia: Sí, andar derecho en el Perú es lo más difícil que existe. Y el que lo consigue totalmente es un as digno de ser escuchado con unción, para que nos cuente cómo lo hizo y diseminar la experiencia. Cuando toda la estructura está diseñada para ser corrupta, tiene que tener mecanismos de incorporación y reclutamiento de las gentes a la estructura, en especial de aquellos que han logrado posiciones meritocráticas de poder. Dicho en simple, para que la capte hasta el más sonso: La corrupción tiene que corromper para mantenerse. Vale decir, tiene que crecer y formar círculos cada vez más viciosos, o muere. Por eso una de las armas favoritas de las Argollas es acusar al Incorruptible de aquello contra lo cual lucha. Se la hicieron a Ulloa, pero no es cosa del Virreinato: Al finado Javier Díez Canseco sus compañeritos congresistas lo mandaron a su casa acusado de corrupción, y hubo sonsos que se la creyeron. Antonio de Ulloa no trató de erradicar la Corrupción, sólo trató de andar derecho. Y por eso le hicieron absolutamente todo lo que podemos ser capaces de imaginar, y algunas cosas más: Sabotaje de arriba y de abajo, espionaje, difamación, acoso, calumnia, infiltración, agresión, visitas y averiguaciones oficiales digitadas, procesos judiciales, minado de su autoridad, y un larguísimo etcétera. Podemos ubicar en el texto el momento culminante en que Antonio de Ulloa choca con el Chocano más Chocano de todos: El Virrey Don Manuel de Amat y Junyet, al cual – pero mira al insolente éste, qué se habrá creído - se niega a pagar el cupo acostumbrado y oficiosamente obligatorio de 10,000 pesos ensayadísimos que todo Gobernador de Huancavelica satisfacía so pena de ser rápidamente hecho trizas. Dejémonos de vainas, hay que tener bien puesto lo que ponen las gallinas para parársele al mismísimo dueño de la pelota. Ulloa terminó largándose del Perú, y los que lo apoyaron fueron encarcelados, despedidos y maltratados, para dar ejemplo. Más detalles y la manera en que otros Virreyes y funcionarios se tiraban la plata, haga su esfuerzo amable lector, cómprese el libro y léalo. Le prometo que nunca más tendrá pajaritos en la cabeza. Y léaselo enterito y subraye todo aquello que le escandalice (cómprese un par de docenas de lápices, pero de los grandes).      

Otros autores mencionados en el texto los conocíamos de antes, y vistos a la luz del tema adquieren nueva relevancia: Felipe Guamán Poma de Ayala y su Nueva Corónica y Buen Gobierno de 1615; Mariano de Chaves y su Estado político y de justicia de el Reino del Perú de 1759; fuentes empleadas por Quiroz entre muchas otras. Asimismo, hacemos clic con otros, como John Fisher en El Perú Borbónico 1750-1824;  Jürgen Golte en Repartos y Rebeliones  - Túpac Amaru y las contradicciones de la economía colonial; y las compilaciones de Scarlet O´Phelan, La Independencia del Perú – De los Borbones a Bolívar, y la excelente de Claudia Rosas Lauro, El Miedo en el Perú, Siglos XVI al XX. Si, las cosas se ven diferentes cuando tenemos una guía.


    




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