Enrique Ocrospoma Pella, el controvertido alcalde de Jesús María, enfrenta una seria acusación fiscal por el delito de peculado.Acusado de ser la cabeza de una red de corrupción al interior de su municipio, el burgomaestre no sabe cómo justificar los cargos que contra él ha levantado el Ministerio Público. Domingo conversó con dos ex trabajadores ediles que responsabilizan en forma directa a Ocrospoma de actos de corrupción.
Por Flor Huilca
¿Cuánto me va a doler el golpe?, pregunta el alcalde de Jesús María, Enrique Ocrospoma. Y no es para menos. Roberto Llaja Tafur, su ex subgerente de obras, lo acusa de dirigir una red al interior de la municipalidad distrital que se apropiaba de recursos públicos simulando la culminación de pequeñas obras que jamás ejecutaron.
Domingo conversó con Roberto Llaja, quien narró el modus operandi de esta presunta mafia de la cual él formaba parte. Como se sabe, Llaja fue denunciado, y en su confesión –tras acogerse a los beneficios de la colaboración eficaz– explicó que utilizaban obras ejecutadas por privados, o por obreros de la municipalidad, para hacerlas pasar como trabajos adjudicados a proveedores externos y ordenar pagos para estos. Ninguna obra debía superar los diez mil soles, para evitar una licitación pública. El destinatario de ese dinero, asegura Llaja, era Ocrospoma. El alcalde, señala el ex funcionario, pidió a la Gerencia de Comunicaciones, de Logística, Rentas y Desarrollo Urbano y Seguridad Ciudadana hacer una bolsa de 130 mil soles mensuales.
“Para juntar ese dinero teníamos que hacer órdenes de servicio falsas. Eso se hacía desde que llegué a la municipalidad en el 2008. La fiscalía ha probado la veracidad de mi testimonio”, señala Llaja. Se refiere, por ejemplo, a la obra en la cuadra 11 de la avenida Coronel Portillo, donde Telefónica rompió y repuso una vereda para instalar cables en abril del 2010. La municipalidad le pagó 10 mil soles a Piero Pretto Castillo por “mantenimiento de veredas”.
Pretto Castillo no ha podido probar que hizo la obra. Presentó a la Tercera Fiscalía Provincial Especializada en Delitos de Corrupción siete facturas por la compra y alquiler de materiales. Esos mismos documentos también fueron esgrimidos por la municipalidad para demostrar que las obras se ejecutaron. Sin embargo, la Fiscalía comprobó luego que estas facturas eran falsas. Los supuestos vendedores no las reconocieron como suyas.
Otra obra que se ejecutó bajo esta modalidad, según la fiscalía, fue el mantenimiento del parque Barrenechea, que se hizo con materiales donados por Carlos Sánchez Rengifo, propietario del restaurante Mr. Taco. Los trabajos fueron realizados por obreros de la municipalidad, pero la empresa Copei E.I.R.L. cobró 10 mil soles por el servicio de “mano de obra”. La fiscalía posee fotografías en las que se ve a obreros ediles haciendo este trabajo.
El testimonio de Llaja coincide con el que nos dio Roberto Álvarez, ex asistente de la Gerencia Municipal de Jesús María. Álvarez confirma que bajo esa modalidad también se ejecutó el parchado de pistas en la cuadra 7 de República de Chile, en la cuadra 2 de Húsares de Junín, en el cruce de Mariátegui con Huiracocha y en el jirón Camilo Carrillo. La fiscalía también tiene evidencia fotográfica al respecto.
“Soy testigo de cómo en la Gerencia Municipal se realizaban las órdenes de servicio por obras que otros hacían y financiaban. Cuando lo descubrí, en el 2009, se lo dije al alcalde Ocrospoma y él me respondió: Necesito plata, tengo que pagar mis juicios”, recuerda Álvarez. La denuncia fiscal contra el alcalde Ocrospoma incluye también a cuatro funcionarios, entre ellos el propio Llaja.
Se circunscribe a las obras en Coronel Portillo y el parque Barrenechea, aunque las investigaciones continúan.
Llaja también ha revelado que la mafia edil presionaba a las empresas que hacían obras en el distrito para que entreguen “donaciones voluntarias” a cambio de obtener y renovar autorizaciones y permisos. La detención de Llaja prueba lo que él sostiene. Lo arrestaron en enero con 2.500 soles que le había entregado Fernando Ampuero, a quien le pedían donar diez postes a cambio de un permiso para instalaciones eléctricas. Antes le habían pedido otras “donaciones”.
Otras empresas que entregaron “donaciones”, asegura Llaja, fueron las constructoras Roma, Graña y Montero, Black Torne e Igor Vilacid. Las “donaciones” se usaban para obras pequeñas que hacían obreros ediles, pero la mafia las facturaba a nombre de contratistas privadas que cobraban el dinero y, se presume, lo entregaban a la red de corrupción.
“Es un acto de venganza”
El alcalde de Jesús María, Enrique Ocrospoma Pella, desestimó las acusaciones que le atribuye la Tercera Fiscalía Especializada en Delitos de Corrupción porque no está sustentada en pruebas sino en los dichos del ex trabajador Roberto Llaja, detenido con una coima de S/. 2.500. Los cargos que se le atribuyen, asegura, están motivados por “un acto de venganza porque la municipalidad no lo apoyó” cuando fue detenido. Ocrospoma acusa a la fiscalía de haberlo denunciado con base en una ley que no está vigente. Advierte que cuestionará la colaboración eficaz otorgada al ex trabajador y precisa que la municipalidad sí ejecutó las obras en Coronel Zegarra y el parque Barrenechea. En el primer caso sus obras están en la vereda contraria a la que intervino Telefónica, aunque dijo desconocer si su proveedor presentó documentos falsos. En el segundo caso señala que los obreros aparecen con uniforme de la municipalidad “por marketing” pero que no pertenecen a la comuna.
Sobre las donaciones de las constructoras, el alcalde asegura que las hacen en forma voluntaria, como parte de su responsabilidad social con el distrito. “Las donaciones son aceptadas por el concejo municipal y no están condicionadas”, asegura Ocrospoma.
Otras acusaciones
17 años. El alcalde Enrique Ocrospoma lleva 17 años vinculado a la Municipalidad Distrital de Jesús María. Primero como gerente municipal, luego como regidor y ahora como alcalde reelecto por el PPC.
Contraloría. Este órgano de supervisión del Estado tiene en curso dos acciones de control a la gestión del alcalde. Una por el periodo 2009-2010, que busca esclarecer un desbalance en las cuentas de la municipalidad por más de un millón de soles. Los empleados de Ocrospoma justificaron este faltante con obras y servicios que intentó acreditar con documentos falsos. La Contraloría concluye también un examen a la Subgerencia de Finanzas, donde se ha detectado un presunto delito de peculado por S/. 641.572.
Extorsión. Al iniciar su primera gestión, la fiscalía investigó al alcalde Ocrospoma por una denuncia de la empresa Inntec SA, que lo acusó de cobrarle coimas para permitirle continuar con el servicio de recojo de basura. La denuncia fue archivada tras un acuerdo extrajudicial con la empresa denunciante.
Gana Perú. Un dato que llama la atención es que el ex tesorero de la municipalidad Gaudry Montoya Bruno lidera la lista de aportantes a Gana Perú en la segunda vuelta. Le donó S/. 213.290.
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