Dios odia el
divorcio tal y como está escrito en Malaquía 2:14-16. Él lo detesta porque es el
resultado del pecado en la humanidad. Esto involucra la infidelidad al pacto del
matrimonio al cual las dos personas se habían comprometido. Cuando se realiza le
divorcio siempre hay consecuencias para los integrantes del matrimonio y para
los hijos. El divorcio, según las escrituras, es permitido únicamente como
resultado del pecado de las personas. El divorcio no es parte del plan original
de Dios para el matrimonio. Todos los Cristianos deben odiar el divorcio tanto
como Dios lo hace, y solo debe ser aprobado de acuerdo a lo establecido en las
escrituras. Nosotros no vivimos en un mundo ideal, pro lo tanto, el divorcio es
una realidad. Con la ayuda de Dios aun los casos más severos pueden sobrevivir
los peores pecados. Debe ser entendido el que toma ambas partes estar de acuerdo
para hacer funcionar un matrimonio. Si uno de los cónyugues no desea que la
relación funcione, no hay nada más que la otra parte pueda hacer excepto orar.
En Mateo 19:3-9
Cristo da enseñanzas claras acerca del divorcio e instruye que éste es una
acomodación al pecado del hombre, el cual violó el propósito original de Dios
para la unidad íntima y la permanencia del lazo del matrimonio, Génesis 2:24.
Jesús ensefó que el divorcio solo fue permitido por causa de “la dureza del
corazón del hombre,” Mateo 19:9. El divorcio legal fue una concesión al cónyugue
fiel en la relación debido al pecado sexual, desersión o abandono del cónyugue
picador. Esto liberaba al cónyugue fiel, quien no era considerado estar más
casado, Mateo 5:31; 19:9; I Corintios 7:12-15. (Aunque el señor Jesucristo sí
dijo que el divorcio está permitido en algunas situaciones, debemos recordar que
su punto principal en la enseñanza era corregir las ideas Judías de que ellos se
podían divorciar por cualquier causa según lo enseñaba el rabí Hillel, Mateo
19:3, y para mostrarles la gravedad de obtener un divorcio pecaminoso.) Si las
dos personas son Cristianas el divorcio nunca debe ser una opción un la
relación. Si el divorcio llega alguna vea a ser considerado, entonces. Hay
algunas circunstancias específicas que lo autorizan, y debe ser hecho como la
última opción donde no había ningún otro recurso. Estas consideraciones serán
discutidas más adelante.
Bases Para el
Divorcio en el Nuevo Testamento
Las únicas bases
para el divorcio en el Nuevo Testamento son 1) Pecados sexuales y 2) Desersión
por un cónyugue incrédulo. La primera base se encuentra en Mateo 5:32; 19:9. La
palabra griega es “porneia,” de la cual nosotros tomamos la palabra pornografía
en español. Ésta implica pecados sexuales tales como el adulterio, la
homosexualidad, bestialidad, el incesto y otros pecados sexuales detestables que
la Internet le ha traído a nuestros hogares. Cuando un cónyugue viola la unidad
y la intimidad del matrimonio por el pecado incurre en abandonar la obligación
de pacto (promesa). El cónyugue fiel es puesto en una situación difícil, el cual
no debe ser castigado por los hechos de la parte culpable. Si todos los recursos
se han agotado para traer a la parte culpable al arrepentimiento, la Biblia le
otorga la liberación o divorcio al cónyugue fiel. Estamos viviendo en un tiempo
donde los pecados sexuales abundan y quedarse en la relación podría traer la
muerte a través de enfermedades al cóyugue fiel.
La segunda razón
para otorgar el divorcio en el Nuevo Testamento es una que es frecuentemente
ignorada o sobresaltada. Consiste cuando un cónyugue incrédulo no desea vivir
con su esposo (a) creyente, I Corintios 7:12-15. Por causa de que “Dios nos ha
llamado a la paz” (v. 15), el divorcio es permitido y puede ser preferible en
esta situación. Cuando un cónyugue incrédulo desea irse, ¿cómo podemos hacerios
quedar? ¿Acaso hay que rogarles para que se queden cuando no tienen ningún deseo
de continuar la relación? Recuerde que es por el testimonio Cristiano que ellos
desean irse en primer lugar. Tratar de mantenerlos en la relación solo creará
más tensión y conflicto. El cónyugue incrédulo quizá trate que el creyente fiel
viole los principios de las escrituras como una condición para que el inconverso
(sin regeneración) se quede en la relación matrimonial aun cuando a la final
éste se vaya de todas mineral. Recuerde que siempre es Mejor obedecer a Dios
antes que a los hombres. Si el incrédulo abandona el matrimonio permanentemente
pero no está dispuesto a iniciar los papeles del divorcio (quizá por rezones de
estilo de vida, irresponsabilidad, o para evitar obligaciones monetarias),
entonces el creyente estaría en una situación imposible de tener obligaciones
legales y morales que no podría cumplir. Por causa de que “el Hermano o la
hermana no está su jeto a servidumbre en tales casos” (I Corintios 7:15) y que,
por lo tanto, no tiene la obligación de continuar casado, el creyente puede
comenzar el proceso de divorcio sin temor de desagradar a Dios. Aquí es donde la
ignorancia usualmente se atravieza y comienza a culpar al cónyugue fiel, aun que
Dios no.
La Posibilidad
de Volverse a Casar
Volverse a casar
es permitido por el cónyugue fiel solo cuando el divorcio tiene bases Bíblicas.
De hecho, el propósito del divorcio Bíblico es dejar en claro de que el cónyugue
fiel es libre de volverse a casar, pero solo en el Señor (Romanos 7:1-3, I
Corintios 7:39). El divorcio el la muerte de un matrimonio. Cuando la parte
inocente se vuelve a casar, de acuerdo a las escrituras, nunca se le vé como un
polígamo, bígamo, o de tener otro esposo viviendo como algunos afirman.
Aquellos que se
han divorciado bajo cualquier otra circumstancia han pecado contra Dios y su
respectivo cónyugue, y si se vuelven a casar eso sería considerado un acto de
“adulterio” (Marcos 10:11-12). Este no es un estado de adulterio ni están
viviendo en adulterio. Por causa de esto I Corintios 7:10-11 dice que una mujer
incrédula que se divorcia pecaminosamente debe “mantenerse sin casar o que se
reconcilie con el esposo.” Si esta mujer se arrepiente genuinamente entonces eso
debe expresarse en buscar reconciliarse con su exesposo (Mateo 5:23-24). Lo
mismo aplica para el hombre que se divorcia por rezones no Bíblicas (1 Corintios
7:11). La única forma permissible para que esa persona se vuelva a casar sin
violar las escrituras es que se vuelva a casar su excónyugue, o que pruebe que
sea un incrédulo, o que su exesposo(a) muera. Estos casos harían la
reconciliación imposible. No debe irse de vuelta a su excónyugue que se ha
vuelto a casar y esperara que deje a su actual esposo, como algunos han
sugerido.
La Biblia
también d una advertencia a aquellos que están considerando casarse con un
divorciado. Si el divorcio no fue basado en lo establecido en las escrituras y
exista alguna posibilidad de reconciliación, la persona que se case con este
divorciado es considerado un adúltero (Marcos 10:12).
El Papel de la
Iglesia en el Asunto del Divorcio
Si un Cristiano
busca el divorcio por alguna razón fuera de la Biblia, el se expone a la
disciplina de la iglesia. Él motivo detrás de esto es que él ha rechazado
abiertamente las enseñanzas de las escrituras. Si una persona dice ser Cristiano
y pertenece a la asamblea local, entonces él estará incurriendo en la
disciplinada la iglesia. El que se haya divorciado por rezones no Bíblicas y se
vuelva a casar es culpable de adulterio. Dios no permitió el divorcio desde un
principio (mateo 5:32; marcos 10:11-12). Los pasos para la disciplina de la
iglesia están descritos en Mateo 18:15-17. Yo personalmente creo que si la
iglesia se involucrara más en los matrimonies y ayudara a las familias ha
mantenerse unidas, menos divorcios ocurrirían. La iglesia también podría asistir
en determinar la parte inocente de la culpable. Esto sería de gran ánimo a los
fieles porque vivimos en un tiempo de muchos dedos acusadores. En caso tal de
que el divorcio continué y se lleve a cabo, la iglesia podría apoyaral cónyugue
fiel e inocente, y traer disciplina al culpable. Esto le permitiría al inocente
tener la bendición de la iglesia y no ser visto como alguien que no hizo lo
suficiente para preservar el matrimonio. Si el culpable, quien profesa ser
Cristiano, viola el pacto matrimonial y rehusa a arrepentirse, las escrituras
instruyen que éste sea tratado como un incrédulo y sea puesto fuera de la
comunidad de la iglesia. Esto significa que sea removido del registro de la
iglesia (v. 17). En esta situación el cónyugue fiel es libre de divorciarse de
acuerdo con lo provisto en I Corintios 7:15. Antes que el divorcio ocurra bajo
estas condiciones, debe permitirse un tiempo razonable en caso de que haya
alguna posibilidad de que el cónyugue fiel regrese debido a la disciplina
impuesta por la iglesia. La razón última de la disciplina en la iglesia es para
que el culpable se arrepienta.
Yo creo que el
liderazgo en la asamblea local debería ayudar a los creyentes solteros que han
pasado por los Dolores del divorcio para que entiendan Bíblicamente su
situación, especialmente en los casos donde las enseñanzas Bíblicas no sean
claras. El liderazgo debe decidir si alguno o ambos cónyugues podrían
considerarse Cristianos cuando se divorciaron. Esta aplicación afectará su
situación actual (I Corintios 7:17-24). Nosotros vivimos en una sociedad que se
moviliza y hay personas que se transfigren de una iglesia a otra. La mayoría de
las iglesias no practican la disciplina. Es posible que el liderazgo de la
iglesia pueda considerarse Cristiano o incrédulo por causa de su continua
desobediencia. En Algunos casos esto afectaría los principios Bíblicos
establecidos en I Corintios 7:15; II Corintios 6:14.
Divorcio, Preconversión
De acuerdo con I
Corintios 7:20-27 no hay nada en la salvación que demande un estado social o
marital en particular. El apóstol Pablo, por latanto, instruye a los creyentes a
reconocer que Dios en su providencia permite las circunstancias por las que
ellos atravezaron cuando vinieron a Cristo. Si fueron salvos durante el
matrimonio entonces ellos no deben divorciarse (aunque éste sea permitido en
bases Bíblicas). Si ellos fueron salvos cuando estaban divorciados, y si no
pueden reconciliarse con su anterior cónyugue porque ese esposo(a) es un
incrédulo o se volvió a casar, entonces ellos estarán en la libertad de seguir
solteros o de casarse con otro creyente (I Corintios 7:39; II Corintios 6:16).
Arrepentimiento
y Perdón
En los casos
donde el divorcio se llevó a cabo con bases no Bíblicas y en los que el cónyugue
culpable se arrepiente después, la gracia de Dios está en efecto en el punto de
arrepentimiento. Una señal de arrepentimiento verdadero será un deseo de seguir
I Corintios 7:10-11. Lo cual involucraría una disposición de buscar
reconciliación con el anterior esposo, si es posible. Si la reconciliación no es
posible, porque el anterior esposo es un incrédulo o se volvió a casar, entonces
el creyente perdonado puede buscar otra relación bajo la cuidadosa guía y
consejo del liderazgo de la iglesia.
En casos en que
un creyente se divorció con bases no Bíblicas y se volvió a casar, él o ella es
culpable de adulterio hasta que ese pecado sea confesado (Marcos 10:11-12) y que
no haya nada mas en las escrituras que indique alguna otra cosa aparte de esa.
De ese momento en adelante el creyente debe continuar en su actual matrimonio.
Este material no
debe considerarse como un estudio exaustivo en el tema pero será discutido con
más profundidad en otra ocasión.
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