Comite Anticorrupcion de Carabayllo

jueves, 7 de junio de 2012

LA FAMILIA, FUERZA QUE TRANSFORMA EL MUNDO NO ES FÁCIL CONSTRUIR UNA FAMILIA, DICE BENEDICTO XVI, ESPECIALMENTE HOY. PERO VALE LA PENA ESFORZARSE, PORQUE SE TRATA DE UNA REALIDAD MARAVILLOSA. FRAGMENTOS DE SU PREDICACIÓN EN MILÁN

Queridos esposos, viviendo el matrimonio no os dais cualquier cosa o actividad, sino la vida entera. Y vuestro amor es fecundo, en primer lugar, para vosotros mismos, porque deseáis y realizáis el bien el uno al otro, experimentando la alegría del recibir y del dar. Es fecundo también en la procreación, generosa y responsable, de los hijos, en el cuidado esmerado de ellos y en la educación metódica y sabia. Es fecundo, en fin, para la sociedad, porque la vida familiar es la primera e insustituible escuela de virtudes sociales, como el respeto de las personas, la gratuidad, la confianza, la responsabilidad, la solidaridad, la cooperación”.
Opus Dei -
· “Queridos esposos, cuidad a vuestros hijos y, en un mundo dominado por la técnica, transmitidles, con serenidad y confianza, razones para vivir, la fuerza de la fe, planteándoles metas altas y sosteniéndolos en las debilidades”.
· “También vosotros, hijos, procurad mantener siempre una relación de afecto profundo y de cuidado diligente hacia vuestros padres, y también que las relaciones entre hermanos y hermanas sean una oportunidad para crecer en el amor”.
· “Vuestra vocación no es fácil de vivir, especialmente hoy, pero el amor es una realidad maravillosa, es la única fuerza que puede verdaderamente transformar el mundo”.
“Queridas familias: no perdáis el sentido del día del Señor. Es como el oasis en el que detenerse para saborear la alegría del encuentro y calmar nuestra sed de Dios”.
· “Mantener una relación constante con Dios y participar en la vida eclesial, cultivar el diálogo, respetar el punto de vista del otro, estar dispuestos a servir, tener paciencia con los defectos de los demás,saber perdonar y pedir perdón, superar con inteligencia y humildad los posibles conflictos, acordar las orientaciones educativas, estar abiertos a las demás familias, atentos con los pobres, responsables en la sociedad civil: todos estos elementos construyen la familia”.
· “Quisiera dirigir unas palabras también a los fieles que, aun compartiendo las enseñanzas de la Iglesia sobre la familia, están marcados por las experiencias dolorosas del fracaso y la separación. Sabed que el Papa y la Iglesia os sostienen en vuestro sufrimiento y dificultad. Os animo a permanecer unidos a vuestras comunidades, al mismo tiempo que espero que las diócesis pongan en marcha adecuadas iniciativas de acogida y cercanía”.
Opus Dei -
· “Para nosotros, cristianos, el día de fiesta es el domingo, día del Señor, pascua semanal (…). Es el día del hombre y de sus valores: convivialidad, amistad, solidaridad, cultura, contacto con la naturaleza, juego, deporte. Es el día de la familia, en el que se vive juntos el sentido de la fiesta, del encuentro, del compartir, también en la participación de la santa Misa”.
· “Queridas familias, a pesar del ritmo frenético de nuestra época, no perdáis el sentido del día del Señor. Es como el oasis en el que detenerse para saborear la alegría del encuentro y calmar nuestra sed de Dios (…). Armonizar el tiempo del trabajo y las exigencias de la familia, la profesión y la maternidad, el trabajo y la fiesta, es importante para construir una sociedad de rostro humano. A este respecto, privilegiad siempre la lógica del ser respecto a la del tener: la primera construye, la segunda termina por destruir. Es necesario aprender, antes de nada en familia, a creer en el amor auténtico, el que viene de Dios y nos une a él”.
Palabras del Prelado del Opus Dei a propósito del Encuentro Mundial de las Familias
Opus Dei -
“Agradezco al Señor estos días de gracia que hemos vivido en Milán junto al Santo Padre. Saber que el papa ha vivido con alegría estos días rodeado de centenares de millares de familias de todo el mundo, me ha hecho pensar en la Iglesia y en su unidad como familia de los hijos de Dios: unos y otros diversos de los demás, pero unidos por la filiación al mismo Padre”.
“Durante el Encuentro hemos podido experimentar una vez más que la familia representa una escuela de amor, comprensión, fidelidad, paz. Estoy seguro de que los hogares cristianos “luminosos y alegres” -como le gustaba decir a San Josemaría- sabrán difundir por todos los lugares de la tierra los frutos abundantes de este Encuentro Mundial celebrado con el Sucesor de Pedro”.

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